En los países de habla hispana se tiene la tradición de celebra el 6 de enero, fiesta de la Epifanía de Jesús, de consumir de un tradicional dulce llamada Rosca de Reyes. Como el nombre lo dice, es un dulce vinculado a la fiesta de los Reyes Magos, que eran los sabios de Oriente que llegaron a Belén para adorar al Niño Jesús.
Esta tradición llegó de Europa al Nuevo Continente a través de la cultura española y encontró una gran aceptación.
Se trata de una masa dulce dispuesta en forma de corona, y adornada con frutas escarchadas, masa de azúcar imitando joyas, azúcar glass y que puede tener almendras tostadas, nueces, pasas y algunos otros frutos secos o rojos.
Para la elaboración de la Rosca, las recetas varían según el lugar o país, pero básicamente se mezcla harina, manteca, levadura, azúcar y huevo. Y la Rosca, en el mejor de los casos, se aromatiza con agua de Azahar que le añade un olor característico.
La Rosca puede esconder “sorpresas” en su interior y que los comensales encuentran al corta un pedazo de Rosca o al morderla. Generalmente las sorpresas pueden ser objetos varios como un haba seca, una moneda o una figurita del Niño Jesús.
Dependiendo de la tradición local, a quien le “toca” el objeto o figura, tiene que invitar al resto de comensales a comer el día de la Candelaria. En el caso de México, se acostumbra a que los “afortunados” inviten a comer a comer tamales y beber atole o bebida de chocolate.
Entonces recordemos los nombres de estos famosos Reyes Magos o Sabios: Melchor, Gaspar y Baltasar.
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